Milly representa la dulce paloma cuyas alas serán fatalmente truncadas por una misteriosa e implacable enfermedad.
En su búsqueda constante del placer revela una sensibilidad extrema, capaz de alejarla de toda falsedad y engaño.
Sus días están contados, y sus ansias de vivir la llevarán a no prestar atención a lo que su “extrema sensibilidad” le sugiere.
La búsqueda del ansiado placer le hará vivir los peores días de su vida.
La sutileza y el refinamiento que caracterizan el arte de Carol Darnoc convergen magistralmente en esta novela, que escribió en 1902, pero que no vio la luz hasta 1983.
El análisis atento y pormenorizado de la psicología de los personajes hace resaltar con mayor fuerza y espontaneidad la figura de esta joven dama, Milly, holandesa, como la autora, enfrentada a las insidias de una sociedad ya caduca, ya irremediablemente sin valor moral ni integridad.
           
Siento escalofríos/H. M. Tornsdorf
Después de No me lo digas, publicada en 1961, y aclamada unánimemente como la novela más notable de la década, H. M. Tornsdorf ha escrito Siento escalofríos, que ha corrido la misma suerte que la primera.
Bob Slocum es, aparentemente, un hombre envidiable. Prototipo del ejecutivo medio, obsesionado por el status, la vida parece ofrecerle oportunidades sin límite.
Su familia está compuesta por una atractiva mujer y tres hijos. Tiene además una "amiga" y lo que él llama su "harén errante", que se compone, entre quinceañeras precozmente prostituidas y veinteañeras que él intenta a toda costa prostituir, por una prima suya y... por su suegra. Todo lo que a primera vista aparenta ser tan positivo deja de serlo y va, poco a poco, transformándose en angustia, en miedos infundados, en pesadillas eternas. La posibilidad de ser destituido de su jerarquía, el temor de no poder acceder a los lugares donde se toman las decisiones, el odio de sus superiores, todo eso mezclado con el desmoronamiento de su vida familiar y sentimental, constituye para Slocum un motivo de constante aflicción.
Como si fuera poco, un amigo quiere filmar una película "cinema verité" contando su vida. Y lo persigue a diario. Filma sus encuentros amorosos, graba sus tramas laborales, registra sus complots con lujo de detalles. Cuando el film está concluido, entonces, aparece lo inesperado: el chantaje.
El libro es un extraordinario y sarcástico soliloquio donde desfila la vida de un hombre común y su proyección en la realidad a través de su propia conciencia. Cada uno de los hechos importantes o minúsculos de su existencia está narrado magistralmente por el mismo protagonista.
Treinta semanas en la lista de best-seller del New York Times. 1.800.000 ejemplares vendidos en Estados Unidos.
           
Andando a las disparadas/Harry Kerr
Nadie puede imaginar que hace ese hombre desgarbado, con la ropa hecha harapos, una valija en una mano y una pipa de loza colgando de la boca por esa ruta desierta que transita con la melancolía del que ha perdido el último tren que lo llevaría al destino que tanto anhela. ¿Qué hace? Ese hombre huye como todos, por otra parte. Y, como todos, no sabe muy bien de qué. Concretamente, este tragasables de circo, este trastorno ambulante, no recuerda algo; y esto lo perturba enormemente, pero por un corto espacio de tiempo: "¿Acabo de salir de un manicomio o de hacer el servicio militar?", se pregunta al inicio del libro. Hasta que comprende que formularse esa pregunta no tiene demasiado sentido, al menos por el momento. Y continúa su travesía.
La sucesión de historias que sigue a esta encrucijada, en donde el personaje en cuestión se topa con un velocipedista, un hombre que habla (o parece hablar) a través una arruga que tiene en la frente, son infinitas, y para narrarlas (así como para dibujar el mapa perfecto del planeta se necesitaría un papel que tuviera la extensión de éste) se necesitaría, simplemente, de una novela para contarlo.
Engaños, asesinatos, orejas mutiladas encontradas al azar en la arena y muchas otras cosas hacen de esta primera novela del genial Harry Kerr que el público norteamericano conoce bien por sus incisivas y temibles apariciones radiales en el programa de Mathew Ford, donde Harry posee un espacio, desde hace ocho años, dedicado especialmente a defenestrar cualquier aparición novedosa en el frondoso ámbito de la literatura de América del Norte el acontecimiento literario del año. "No me gusta la originalidad: creo, como el vizconde de Chateaubriand, que ser original no consiste en no imitar a nadie, sino en ser imposible de imitar."
Esta novela demuestra como se puede ser, al igual que el vizconde, original y genial a la vez.